martes, 27 de noviembre de 2007

Un lugar, un momento y un solo sentimiento.

A veces sueño que cuando tu mirada cálida y tierna se detiene para observarme, significa que hay algo en mí que te hace sentir, y que cuando tus manos rozan mi cuerpo no van a la deriva detrás del viento.

Imagino un lugar, ese lugar. Una playa cristalina con su aterciopelado mar, reflejando una luna llena que deteniendo el momento lo hace brillar, siendo así difícil de olvidar.

Imagino que tú estás a mi lado abrazándome con dulzura, acompañándome en silencio, hasta que me susurras lo que es para ti sentir. Tus labios delicados no dejan de enloquecerme, y la forma de hablar tan desnuda; tu voz es música para mis oídos.

De repente tus ojos se cierran y siento el calor de tus manos comprimiendo mi espalda, tu boca alcanza la mía y en ella me pierdo de noche para amanecer con el día.

Cierro la puerta a una gran etapa de aprendizaje y con fuerza alcanzo abrir otra que aparenta ser aún más grande. Luz, aquí todo es luz. Y me olvido de ti porque sola quiero seguir, subiendo escaleras pasito a pasito, logrando mis metas y objetivos, descubriendo los secretos que esta vida encierra. Cuando sin querer llegó hasta aquí, todo lo veo distinto, incluso a ti, porque sin estar segura de lo que siento, espero que el tiempo confirme lo que hoy en ti encuentro, para así poder hacer real un sueño que se encierra en un lugar, en un momento y con un solo sentimiento.

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